viernes, 30 de junio de 2017
Factores de Inversión
¿Qué factores influyen en las estrategias de inversión?
Todo tipo de inversión está expuesta a los factores inherentes a los mercados financieros. Éstos pueden ser cuantificados y, por lo tanto, monitoreados, con el fin de generar estrategias que ayuden a mitigar sus efectos. Dichos factores se pueden clasificar en las siguientes categorías:
1. Factores de mercado: cambios en los precios o tasas de interés vinculados a los activos que integran un portafolio de inversión, provocando fluctuaciones de corto plazo en el valor del portafolio.
2. Calidad crediticia: probabilidad de incumplimiento en las obligaciones de un emisor o contraparte. Cuando se piensa en factores de crédito, se consideran plazos mayores a un año.
3. Liquidez: los problemas de liquidez en un portafolio se pueden materializar en pérdidas por la venta anticipada o forzosa de instrumentos a descuentos inusuales para hacer frente a obligaciones o bien, por el hecho de que una posición no pueda ser oportunamente enajenada, adquirida o cubierta.
¿Cómo hacen frente las siefores a los factores de mercado?
Una manera de hacer frente a la incertidumbre de desconocer qué instrumentos ofrecerán un rendimiento bueno o malo en un momento específico es mediante la diversificación. Diversificar significa seleccionar inversiones en sectores diferentes, mercados en diferentes latitudes, así como bonos con plazos y emisores diferentes. La diversificación es el equivalente del antiguo refrán que dice: “No ponga todos los huevos en la misma canasta”. Diversificar permite aprovechar las condiciones de mercado, los cambios en la economía y protejerse de la caída de los mercados.
¿Cómo se logra la diversificación?
Al diversificar una inversión, es tan importante conocer los valores que ya se poseen como los que se considera añadir. Utilizando un ejemplo, supongamos que un portafolio de inversión está integrado exclusivamente por acciones de la compañía A. En caso de que A tuviera pérdidas, el portafolio perdería valor al mismo ritmo y magnitud que las acciones de dicha compañía. En cambio, si se estructura el portafolio con acciones de las compañías A, B, M y Z, que son empresas de diferentes mercados y sectores económicos, es poco probable que estas acciones pierdan valor al mismo ritmo y magnitud en un mismo momento. Así se limitan las pérdidas.
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