Empresas adelantan fiestas de fin de año, con influencia millennial y
presupuesto acotado
Se eligen opciones más descontracturadas en la presentación y los menúes.
Las grandes compañías ya comenzaron a reservar las fechas en los salones
Por Ximena Casas
Con mayor anticipación, las grandes compañías ya comenzaron a planear sus
clásicos eventos corporativos de fin de año. En el sector, aseguran que la
tendencia es que la cantidad y la inversión en las fiestas se mantenga en
los mismos niveles que el año anterior, que fue considerado bueno. "Para
los eventos en la Ciudad de Buenos Aires, hay que reservar con
anticipación porque no son tantos los espacios grandes. Las empresas ya no
concentran todo en el mes de diciembre y la segunda semana de noviembre ya
empieza a ser considerada como una fecha top", explicó Alejandro
Capalozza, gerente de Marketing de Yatch Club Puerto Madero, que entre
noviembre y diciembre concentran más de 125 eventos, en doble turno,
mediodía y noche. La fecha más demandada suele ser el primer viernes de
diciembre.
Se estima que las compañías invierten, en promedio, entre $ 1500 y $ 2500
por persona a la hora de organizar su fiesta de fin de año corporativa.
"Se arranca en los $ 1500 y de ahí para arriba. La tendencia es que se
desembolse lo mismo del año pasado, pero ajustado por el efecto
inflacionario. Por ahora no supimos de empresas que decidieran suspender
la fiesta. Hay una idea de mantener el festejo y creo que el panorama es
alentador", destacó Sergio Ventura, director de meetings & events del
grupo MCI, compañía global de eventos. "A veces, se opta por hacer más
simple la comida pero seguir manteniendo la fiesta", agregó. Sin embargo,
puede haber más movimientos en los próximos meses.
"Todavía es pronto. Creo que este año, puede acelerarse más a partir de
octubre, post elecciones. Las empresas más grandes reservan para quedarse
tranquilos porque hay una oferta de lugares limitada. Pero creo que una de
las marcas de la época tiene que ver con la inmediatez, con muchos eventos
que se definen rápido y a último momento", aclaró Marcelo Gordín, director
de Enfasis Motivation Company.
En los últimos años, la tendencia es prestar cada vez más atención a los
gustos de los empleados más jóvenes y organizar eventos más
descontracturados, sin mesas fijas, y con una búsqueda de innovación en
los menúes.
Por ejemplo, se busca adaptar el estilo de street food que se puede
encontrar en Nueva York. Para Capalozza, las redes sociales cumplen un rol
fundamental y los millennials (nacidos en los 1980 y 2000) acceden a
imágenes e información sobre eventos en todo el mundo. "Los menores de 30
años son los que hoy marcan los gustos de los eventos con menos
formalidad", indicó Ventura. También hay firmas, con menos empleados que
siguiendo tendencias de informalidad prefieren organizar un after office,
a partir de las siete de la tarde.
Con todo, las empresas que quieren asegurarse uno de los lugares top de la
ciudad en temporada alta de fiestas realizan sus reservas con hasta un año
de anticipación. En ese caso, la variación de los precios por inflación es
un tema clave.
Desde el Yatch Club arman, junto a cada cliente, una canasta de productos
(como manteca, carne, etc.) a lo que suman el salario de un camarero y de
ese total obtienen un índice que les permite ajustar el precio del menú,
mientras que el del salón queda fijo. Hoy el precio del menú por persona
en el tradicional salón de Puerto Madero ronda $ 1800, sin alcohol.
Otro tema en el que también ponen foco oranizadores y empresas es el
control de alcohol, lo que suele ser consensuado con los clientes antes de
cada evento. "La idea no es prohibir, sino concientizar", indicó
Capalozza.
Fuente El Cronista Comercial
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Tras la marcha de la CGT, Mauricio Macri echó a dos funcionarios
vinculados al sindicalismo
Se trata de Luis Alberto Scervino, que ocupaba el cargo de superintendente
de Servicios de Salud de la Nación, y Ezequiel Sabor, viceministro de
Trabajo
Por Federico Mayol
No esperó ni que pase un día. Un par de horas después de la movilización
de la CGT a la Plaza de Mayo, en la que hubo duros cuestionamientos al
Gobierno, Mauricio Macri desplazó a dos funcionarios cercanos al
sindicalismo, un mensaje directo al corazón del movimiento obrero.
Según confirmaron fuentes oficiales, se trata de Luis Alberto Scervino,
hasta este martes superintendente de Servicios de Salud de la Nación, un
sillón al que el ahora ex funcionario llegó de la mano del sindicalista
José Luis Lingeri. La designación de Scervino había sido un gesto del
Gobierno hacia los gremios. Lingeri fue uno de los caciques que estuvo en
el palco principal del acto de la CGT. Con esta decisión, Macri endurece
abiertamente su posición frente a los gremios.
La entrada de Scervino al Poder Ejecutivo había sido acompañada, además,
con la devolución de los $30.000 millones que el Gobierno devolvió a las
obras sociales sindicales y que la gestión anterior había retenido durante
años como una señal de confrontación con el movimiento obrero, después de
que Cristina Kirchner rompiera relaciones con Hugo Moyano.
Según confiaron desde Casa Rosada, Scervino -que estaba en la cuerda floja
desde hacía algunos meses- será reemplazado por ahora por Sandro Taricco,
gerente General del organismo. Taricco había llegado a ese lugar impulsado
por Graciela Ocaña, primera candidata a diputada nacional del oficialismo
en la provincia de Buenos Aires.
El otro funcionario desplazado es el viceministro de Trabajo, Ezequiel
Sabor, uno de los nexos entre el Gobierno y los sindicatos. Si bien aún no
habrá reemplazo, será un hombre cercano al ministro Jorge Triaca, según
subrayaron en su entorno.
La decisión de Macri de desplazar a los dos funcionarios mencionados horas
después de la marcha a Plaza de Mayo deja al desnudo un claro
endurecimiento de la posición del Presidente frente a los sindicatos. "Es
una pérdida de tiempo, no lleva a ningún lugar", había dicho un rato
después de la marcha el jefe de Estado, rodeado de jóvenes que
consiguieron "su primer empleo", según publicitó el Gobierno.
Es, en ese sentido, uno de los dos frentes que la Casa Rosada decidió
abrir tras las elecciones primarias del domingo 13, en las que el Gobierno
salió más que airoso. El otro frente es el judicial: la votación de la
semana en el Consejo de la Magistratura, en la que el oficialismo
consiguió suspender al camarista Eduardo Freiler, fue una clara señal de
Macri hacia la Justicia. La sangría, abundaron esta tarde a este medio
fuentes oficiales, seguiría hasta fin de año.
Fuente Infobae
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