miércoles, 15 de junio de 2016

Grupo 1 Crisis financiera

Introducción
grupo 1

A los fines prácticos de este trabajo nos proponemos realizar el desarrollo de las causas y consecuencias que hoy nos llevan a centrarnos en la Crisis Financiera Mundial actual.
La cual en el año 2008 se desató de manera directa debido al colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos en el año 2006, que provocó aproximadamente en octubre de 2007 la llamada crisis de las hipotecas subprime. Dicha crisis comenzó afectando al sistema financiero estadounidense trasladándose a escala mundial.
A lo largo del desarrollo de este trabajo nos explayaremos en este tipo de cuestiones y conceptos claves (inflación, inflación monetaria, inflación de consumo) para poder comprender de forma integradora los efectos que ha causado dicha crisis en otros fenómenos, claramente vinculados a la economía como: la desocupación, la crisis alimentaria global,  provocada por la suba de los precios de alimentos a nivel mundial, a raíz de la inestabilidad producida por las especulaciones del mercado de acciones. Analizando el caso de Argentina y España.
Como corolario es nuestra intención hacer hincapié en la reconfiguración del mundo y de los preceptos vigentes en los países industrializados en materia laboral y el universo del trabajo.
Conceptos: Inflación tipos y causas
La inflación puede definirse como: “Un proceso de suba continuada en el nivel general de precios de la economía” para ser más precisos, ejemplificaremos a partir de la siguiente situación con el fin de poder esquematizar el concepto:
Supongamos que en el año 2014, el costo de algunas de las cosas que comúnmente consume una familia era el siguiente:
·         Alimentos = $3200
·          Salud = $1000
·          Vivienda = $2000
·         Educación = $2500
·         Vestuario = $200
·          Actividades de entretenimiento = $300
·         Transporte = $500
·          Otros = $300
En total al final del año 2014, esta familia gastaba en este conglomerado de actividades $10000.-
Entrado el año 2015, el costo de dicho conglomerado de actividades era el siguiente:          
·         Alimentos = $4.000
·          Salud = $1.500
·          Vivienda = $2.500
·         Educación = $2.800
·         Vestuario = $200
·          Actividades de entretenimiento = $400
·         Transporte = $600
·          Otros = $300
En total al final del año 2015, esta familia gastaba en todo esto $12300.-
Según nuestro esquema, en el año 2015, esta familia debía gastar $2.300 pesos más de lo que gastaba en 2014 para comprar la misma cantidad de los mismos bienes.
Esto puede explicarse a raíz del incremento del nivel de precios de estos bienes -$2.300 pesos- con respecto al año 2014, que representa un 23% aumento en los precios entre el final del año 2014 y el de 2015. A este aumento porcentual en los precios se le llama inflación, por lo tanto, (en base a nuestro ejemplo) la inflación en el año 2015 con respecto al año 2014 fue un 23%.
Lo anteriormente explicado tiene una vinculación con “la capacidad adquisitiva de la moneda”; es decir, con $10.000, en el año 2014, se tenía la capacidad de adquirir todo lo que esta familia necesitaba, pero en el año 2015 con esos mismos $10.000 no se tenía la capacidad de comprar las mismas cosas. La inflación hace que el dinero pierda capacidad adquisitiva a través del tiempo. Es decir, que pierda la capacidad de comprar, con la misma cantidad, las mismas cosas.
   Cuando se habla de inflación, como definimos al comienzo se habla “de una suba continuada en el nivel general de precios a través del tiempo”. Podemos afirmar entonces, que en general gran cantidad de bienes y servicios aumentan su precio.
   La inflación suele tener múltiples causas simultáneas y a la hora de realizar un diagnóstico de la inflación se deben tener en cuenta todas estas causas. También se debe tener en cuenta otros aspectos como la historia, la cultura, la política, etc., elementos que tienen gran influencia en la formación de precios. Por ejemplo, no es lo mismo que se produzca déficit fiscal junto a una devaluación en un país con monopolios o con historias de hiperinflaciones, que se produzca en un país que no sufrió inflación en los últimos años y con mercados más competitivos.
Respecto a las causas que producen la inflación, nos adentraremos en el concepto de inflación monetaria: Cuando se está ante una inflación de este tipo, la oferta de dinero crece a una tasa superior a la tasa de crecimiento de la demanda de dinero. El principal fundamento teórico de quienes aplican esta teoría es la teoría cuantitativa del dinero. La teoría cuantitativa del dinero es una teoría económica de determinación del nivel de precios que establece la existencia de una relación directa entre la cantidad de dinero y el nivel general de los precios.
 “La teoría cuantitativa del dinero, parte de una identidad, la ecuación de cambio, según la cual el valor de las transacciones que se realizan en una economía ha de ser igual a la cantidad de dinero existente en esa economía por el número de veces que el dinero cambia de manos”
Los orígenes del exceso de oferta de dinero puede explicarse a través de diversas causas, una de ellas la monetización del déficit del gobierno. Cuando el gobierno tiene déficit fiscal, puede financiarlo con endeudamiento, reduciendo reservas internacionales, o bien imprimiendo moneda. Desde el punto de vista de la contabilidad gubernamental la impresión de moneda para financiar el déficit constituye un préstamo del Banco Central, es decir, un activo del Banco Central, por lo que se mantiene equilibrado el balan ce del mismo.
Este tipo de emisión de dinero implica un aumento de la oferta de dinero, mientras que la demanda de dinero se mantuvo constante, lo que significa un exceso de oferta de dinero.
En esta etapa se puede analizar el problema teniendo en cuenta el régimen cambiario del país en cuestión. Bajo tipo de cambio fijo, los agentes locales cambiarán moneda local por moneda extranjera. Como el Banco Central se comprometió a mantener el tipo de cambio fijo, debe comprar moneda nacional hasta que se elimine la presión cambiaria (si no hace esto, el tipo de cambio sube). El hecho de que los agentes se desprendan de moneda local y que el banco central compre la misma, significa que la oferta de dinero disminuye. De este modo se vuelve a una situación en la que la oferta de dinero sigue siendo igual a la demanda, pero en el proceso el Banco Central perdió reservas internacionales. Si el gobierno no puede eliminar el déficit fiscal ni obtener financiamiento externo, el Banco Central no puede mantener la paridad de la moneda y se ve obligado a devaluar. La devaluación implica inflación, debido a que los precios de los productos transables aumentan.
Con tipo de cambio flexible, el Banco Central no se ve obligado a mantener el valor de la moneda, por lo que no pierde reservas para este fin. Sin embargo, el proceso por el cual el déficit fiscal se traslada a los precios es similar: el tipo de cambio se deprecia provocando un alza en los precios. Debido a que el alza de precios implica una pérdida del ingreso real, esta pérdida de ingreso real se suele denominar "impuesto inflacionario".
Además del financiamiento del déficit del gobierno con emisión, la oferta monetaria puede crecer y generar inflación por otras causas, principalmente relacionadas con una política del Banco Central. Por ejemplo, el Banco Central puede realizar una política monetaria expansiva aumentando la oferta monetaria para estimular la producción. Pero si la demanda de dinero no crece junto con la oferta, o bien la producción no crece debido a otros factores (que pueden ser externos), puede existir una presión inflacionaria.
También podemos distinguir la inflación de consumo: Que corresponde con la explicación keynesiana de la inflación: La demanda de bienes y servicios de una economía es mayor a la oferta de los mismos. La demanda puede provenir de diversos sectores y para diferentes finalidades
·         Por parte de las familias: productos y servicios finales, o sea, de bienes y servicios de consumo
·         Por parte de empresas para ampliar su capacidad productiva, es decir, inversión
·         Por parte del gobierno, que puede ser inversión productiva o bien gasto que no aumentará directamente la oferta global del país
·         Por parte del sector externo, es decir, exportaciones
Esta causa de la inflación se presenta cuando la capacidad productiva (oferta de bienes) no puede aumentar al mismo ritmo con el que crece la demanda de bienes. Puede estar relacionada con la política monetaria, por ejemplo, si la política monetaria mantiene baja o negativa la tasa de interés real, esto puede estimular el consumo pero no la inversión, resultando en una presión inflacionaria.
En Argentina en 2014 la inflación del Indec cerró en 23,9 por ciento el instituto de estadísticas oficial informó el aumento promedio de precios de la economía.
Según la inflación oficial los trabajadores habrían mejorado su poder adquisitivo durante el 2014, mientras que respecto del cálculo privado habrían cedido varios puntos.
No obstante, la inflación de 2014 resultó la más alta en los últimos años, siendo superada por el 40,9 por ciento que se produjo en 2002 tras la ruptura de la convertibilidad.
La desaceleración de la inflación coincide a su vez con un período de caída en el nivel de actividad económica, incluso para la medición oficial del INDEC.
Cabe recordar que durante 2014 el Gobierno argentino implementó el programa "Precios Cuidados " y debido a que el INDEC dejó de publicar la lista de precios base de los productos que encuesta no se puede estimar la influencia de ese plan en el cálculo oficial.
Por su parte, los precios mayoristas subieron a lo largo de 2014 un 28,3 por ciento, luego de que en diciembre la suba fue de 1 por ciento.
Argentina se ubicó entre los países con más inflación en 2015, el aumento de precios del 26,9%  Las causas de este sesgo inflacionario son múltiples, desde ajustes de precios relativos y cierta debilidad institucional de los bancos centrales, hasta políticas fiscales que presionan al tipo de cambio y a las expectativas de inflación. Asimismo, en algunos países, la indexación—particularmente de los salarios—y la dolarización de la economía, limitan la efectividad de la política monetaria y, por ende, la posibilidad de lograr una inflación más baja. Por tanto, consolidar la independencia de los bancos centrales y fortalecer los marcos fiscales en los países con alta inflación contribuirá a lograr una mayor estabilidad de precio.

Crisis financiera del año 2008: Orígenes, principales causas
                                                                                     


Colapso de la burbuja 2006
Inmobiliaria en EEUU

Crisis de las hipotecas Subprime    2007    


Manifestaciones de la crisis en el sistema financiero estadounidense   2008
 

Los Informes de la Reserva Federal Americana (FED) y de otros organismos económicos oficiales, reflejan el incremento explosivo del precio de los bienes inmuebles, en prácticamente todos los países industrializados, concentrados en dos períodos: hasta 1989 y hasta 2006.
Nosotros nos centraremos en el segundo periodo la burbuja inmobiliaria, el cual se inicia en el seno del propio mercado inmobiliario, por razones de índole no solo económica, siendo realimentada al alza, por abundante crédito hipotecario favorecido por políticas monetarias expansivas.
La reserva federal siguió una política de reducción de tasas de interés desde principios de 2001 hasta mayo de 2004, con el propósito de estimular la economía a través del gasto Las bajas tasas de interés impulsaron el auge del crédito y del mercado inmobiliario. El gasto de inversión en vivienda estimuló la actividad de otros sectores y se convirtió en una de las actividades que contribuyeron en gran medida a la recuperación de la economía norteamericana, que alcanzó su punto máximo de crecimiento (3.6%) en 2004. 
Auspiciados por las bajas tasas de interés, los precios de las viviendas crecieron aceleradamente a tasas que llegaron a superar el 12% anual en 2005. Esta revalorización de los inmuebles tuvo otro efecto en las hipotecas que en su mayoría estaban contratadas a tasa fija. Resultaba atractivo refinanciar una deuda para pactarla a una tasa más baja y obtener un préstamo de mayor monto para adquirir otra vivienda o, lo que gran parte de las familias residentes en EE.UU. hicieron, aumentar el consumo de bienes y servicios.
El consumo como etapa final de la actividad económica es un importante factor que dinamiza la actividad productiva y efectivamente impulsó el crecimiento de los Estados Unidos, pero al ser financiado con la revalorización de los inmuebles, significó que este efecto se consideró de carácter permanente y se orientó al consumo, cuando en realidad se estaba consumiendo parte del patrimonio familiar y la revalorización podía llegar a su fin e incluso revertirse. El auge en los préstamos Subprime fue impulsado por prácticas laxas de crédito, como la exigencia mínima de requisitos o el no requerimiento de pruebas de ingresos, esquemas de pagos iniciales mínimos que no reducían los montos adeudados, y otras prácticas de relajación en la evaluación de riesgo de los deudores, que se amparaban en los precios al alza de las garantías. Pero las hipotecas subprime fueron en su mayoría contratadas a tasas variables, lo que exponía a los deudores a la reversión en los precios del dinero y de las viviendas.
En los Estados Unidos, la inversión en vivienda sustituyó a la inversión en nuevas tecnologías, que venía de niveles muy altos y había finalizado con la caída bursátil de marzo de 2000. Los inversionistas que salieron del sector de tecnología cambiaron hacia las propiedades inmobiliarias y demandaban activos bursátiles de alta rentabilidad, necesidad que fue suplida por toda la gama de productos financieros estructurados sobre los créditos hipotecarios.
Las hipotecas subprime fueron a su vez promovidas por la aplicación de una amplia gama de nuevos productos que ofrecían protección contra el default, los cuales partían de procesos de titularización que permitían a los bancos sacar de sus balances, créditos más riesgosos y así evitarse constitución de reservas de saneamiento o requerimientos de capital. Al tiempo que contribuyeron a proteger los balances bancarios, la titularización y los otros productos hicieron posible la obtención de recursos frescos para continuar concediendo créditos. La proporción de hipotecas Subprime y near-prime titularizadas, pasaron de un 9% en 2001 a 40% en 2006.
La titularización es una figura financiera que consiste en la venta a otras instituciones del mercado financiero, de títulos respaldados por los flujos financieros que generan contratos como las hipotecas. El auge inmobiliario atrajo al negocio a grandes bancos de inversión que vieron una oportunidad formidable de ganancias y además aplicaron nuevas herramientas de ingeniería financiera para empaquetar los créditos subprime y dividirlos en segmentos, algunos de los cuales fueron posteriormente calificados como de bajo riesgo por las agencias calificadoras. Los prestamistas hipotecarios se deshicieron del riesgo de impago (default) de los deudores subprime, empacando las hipotecas en bonos llamados Mortgage Backed Securities (MBS) -valores respaldados por hipotecas- que vendieron a otras organizaciones financieras.
Los administradores de fondos estaban ávidos por rendimiento y estos dos factores se combinaron para disparar el auge de CDS y CDO, facilitando la distribución del riesgo de las hipotecas Subprime a las instituciones ansiosas de ingreso. La globalización de los mercados induce a considerar que gran parte de los bonos se habría confiado a portafolios institucionales de los principales mercados de capitales a nivel mundial.
Cuando la FED empezó a restringir las tasas de interés en la segunda mitad de 2004 y las tasas de mercado siguieron sus señales, los créditos subprime contratados en 2005-2006 vieron ajustadas hacia arriba sus tasas y cuotas, rebasando la capacidad de pago de los deudores e incrementando la tasa de morosidad y, en consecuencia, las ejecuciones hipotecarias. Este fue el inicio del proceso que desencadenó la turbulencia financiera global.
Desde el cuarto trimestre de 2006, las tasas de morosidad de los préstamos hipotecarios comenzaron a subir, a consecuencia del alza en las tasas de interés bancarias. Las repercusiones que en un principio se supusieron limitadas a un pequeño número de prestatarios en el mercado, se transmitieron posteriormente a nivel mundial. Conforme los problemas de mora en los créditos hipotecarios se extendieron y creció la incertidumbre sobre las pérdidas asociadas a instrumentos financieros de baja calidad crediticia, la reevaluación del riesgo de crédito condujo a masivas rebajas en las calificaciones de bonos de titularización hipotecaria desde el 15 de junio de 2007 y los inversionistas abandonaron los activos de riesgo, con lo que el crédito se contrajo en un inicio para estos segmentos del mercado. A la contracción del crédito siguieron las dificultades de obtener financiamiento para muchas instituciones financieras que manejaban activos que no se transaban libremente en los mercados. Esta situación se observó primero en Europa y se propagó a otras regiones con rapidez. La crisis explotó el 9 de agosto de 2007 cuando se exacerbaron las preocupaciones crediticias originadas por la situación de las hipotecas de alto riesgo (subprime), lo que desató una brusca subida de las tasas de interés interbancarias a corto plazo. Los bancos centrales reaccionaron mediante fuertes inyecciones de liquidez para garantizar el funcionamiento de los mercados y sistemas de pagos.
El mecanismo de cobertura y liquidez de los originadores de hipotecas y demás intermediarios entró en problemas cuando los precios de las viviendas giraron repentinamente a la baja en 2006. Cuando los bancos solicitaron la devolución del dinero, los fondos de cobertura no lo tenían pues estaba invertido en tramos que debían vender el colateral, pero la porción equity sufría grave caída en el precio de mercado. Los primeros bancos en llevar sus CDOs  (“Obligaciones Sintéticas de Deuda Colateralizada”) al mercado para la venta, agotaron el mercado de compradores y las operaciones con estos instrumentos se detuvieron. Importantes fondos de inversión e instituciones hipotecarias colapsaron no sólo en Estados Unidos, pero los principales bancos han respondido a las exigencias del mercado, recapitalizando y obteniendo fondos a mediano plazo.
Los efectos de la crisis se han extendido del segmento subprime a otras categorías de los mercados estadounidenses, alcanzando a los mercados inmobiliarios residenciales y comerciales de primera categoría, el crédito al consumo y el crédito de empresas de alta calidad. La desmejora en las condiciones financieras en general, así como la caída del consumo de las familias en los Estados Unidos forzaron a la baja las proyecciones de crecimiento de esa economía, con efectos negativos sobre el crecimiento mundial.
Efectos de la crisis general y en el régimen laboral:
La recesión económica mundial ha dado lugar a una crisis de empleo. La cifra de personas que perdieron su trabajo aumentó en 8,4 millones en 2008 (un 7,4%) y este número alcanzó los 50 millones en el año 2009 según informes provistos por la OIT - “Tendencias Mundiales del Empleo: Actualización a mayo de 2009”-. A pesar que el efecto es diferente a través de los diversos países y regiones, el mayor impacto se ha registrado en los sectores orientados a las exportaciones, como la minería y la industria textil, y en las comunidades urbanas.
Se observan señales de pérdidas sustanciales de puestos de trabajo y del aumento de la escasez de empleos productivos, lo que se ve agravado por la reducción del flujo migratorio, las tendencias actuales ponen en peligro los avances que se puedan lograr en el futuro en materia de calidad y cantidad de empleo, así como en crecimiento y reducción de la pobreza.
En todo el mundo las pérdidas de empleos en el sector asalariado se han visto contenidas gracias al incremento de estrategias internas de flexibilidad laboral, como por ejemplo, permisos administrativos o cambio a trabajos a tiempo parcial, para reducir los costos de mano de obra con la mínima pérdida acumulada de capital humano.
La crisis en Argentina:
En Argentina, la reducción del financiamiento externo no tiene impacto directo sustancial sobre la economía debido a su relativo aislamiento de los mercados de capitales internacionales. Luego de la crisis de 2001/02, el endeudamiento externo de Argentina, tanto público como privado, se redujo en casi 14 puntos del PIB, a la vez que como consecuencia del canje de 2005, bajó la proporción de deuda pública denominada en moneda extranjera de 95% en 2001 a 53% en 2008. Además, los superávit gemelos,  de sector externo y fiscal, le permitieron a Argentina acumular importantes reservas internacionales, cuyo nivel cubre el 147% de la base monetaria, en su definición restringida de circulación monetaria más depósitos de los bancos en el banco central, y un 65% del total de depósitos, de modo que el país está mejor preparado que en el pasado para enfrentar los efectos adversos de los shocks externos. Aún así, la crisis internacional impacta a la economía argentina por tres canales. En primer lugar, el menor crecimiento mundial reduce el precio de las materias primas agrícolas, lo cual deteriora los términos del intercambio afectando negativamente la tasa de crecimiento del PIB, debido al “efecto riqueza” que causa el deterioro de los precios relativos. Además, la caída de los ingresos tributarios en concepto de retenciones sobre las exportaciones produce una reducción del superávit fiscal. Los otros dos canales de trasmisión son un aumento en el riego país que también impacta negativamente sobre el PIB y, una mayor presión a la depreciación del peso por mayores devaluaciones ocurridas en importantes socios comerciales de Argentina, por ejemplo el fuerte debilitamiento del real en Brasil y la recuperación del dólar frente al euro.
Caso España:
Hacia finales del segundo trimestre de 2009, la crisis en España estaba todavía en una fase destructiva de empleo, y aunque aparecen signos de moderación en la caída de la actividad económica, no se vislumbra en el horizonte ni el cuándo ni el cómo de una recuperación que algunos analistas pronostican como larga y costosa. Sobre la crisis, y sobre las características específicas que adopta en la situación española, empieza a haber un cierto consenso. Así, del impacto inicial de la crisis financiera provocada por los activos tóxicos generados principalmente en Estados Unidos, con pocas consecuencia en España por la política restrictiva del Banco de España, se ha pasado a la explosión del «boom inmobiliario» que dada su estrecha conexión con el sistema financiero español ha provocado importantes efectos sobre su capacidad para seguir financiando, normalmente, la actividad económica en el país, lo que ha generado una reducción súbita de partes importantes de la actividad económica, una contracción creciente del consumo, y un agotamiento del modelo de crecimiento que ha dominado las últimas décadas de expansión.
Así pues se han alineado la crisis financiera, la crisis del sector inmobiliario y la crisis del modelo productivo. El impacto de la reducción de la actividad económica, que se inicia con una desaceleración de las tasas de crecimiento interanuales del PIB en el primer trimestre de 2008, no se traduce realmente en destrucción neta de empleo hasta el tercer trimestre del mismo año cuando la economía ya está en variaciones negativas del PIB, y cae en picado en el primer trimestre de 2009, cuando la economía ya está en recesión. En el tercer trimestre de 2008 se reduce el empleo en 79.000 personas, en el cuarto trimestre la reducción ya es de 490.000 y en el primer trimestre de 2009 llega a una disminución de 766.000 empleos. Es decir, una parte importante de la caída de la actividad económica se traslada al empleo.
Cabe destacar que la destrucción masiva de empleo se produce para los hombres de forma más temprana, en cambio, para las mujeres no llega hasta casi el primer trimestre de 2009, puesto que se sigue generando empleo femenino neto hasta el tercer trimestre de 2008.
Pasando de las características de los ocupados a los tipos de relaciones laborales y contractuales, cabe destacar que las jornadas parciales han resistido la crisis mucho mejor que la jornada completa, observándose, incluso, un incremento del empleo masculino a jornada parcial, posiblemente como mal menor ante la pérdida del empleo.
Básicamente se ha optado por afrontar el incremento del desempleo desde las políticas pasivas, con una elevada cobertura de las prestaciones por desempleo, dados los márgenes de los superávits acumulados en años anteriores. Por otra parte se ha intentado mejorar algunas figuras contractuales para mejorar el tratamiento de los contratos parciales como posible mal menor ante situaciones de pérdida de empleo.
Tras varios años del estallido de la crisis que todavía condiciona la vida de los españoles, los signos de mejora son apreciables en los cuadros macroeconómicos. Atrás quedaron la recesión, los ajustes drásticos y el pánico a la quiebra. Pero aún a esta realidad, contrasta un panorama social frágil y con conflictos que encienden alarmas de cara al futuro. La tasa de desocupación no baja del 22% (llegó a ser del 26%), -duplica la media europea-. En agosto y septiembre del año 2015 creció el número de demandantes de subsidios laborales, después de un año seguido de descenso.
La pobreza se cristaliza. La agencia de estadísticas de la Unión Europea (UE) publicó un informe en el que coloca a España como el país en el que más creció la población en riesgo de exclusión durante 2014, hasta alcanzar el 29,2%. Sólo Grecia está peor.
Para este año 2016 aún el escenario es favorable, actualizaciones de previsiones del FMI estiman que el crecimiento del PIB es del 2,7% para este año y del 2,3% para 2017. Durante el desarrollo de este año la actividad se verá beneficiada por las reformas aplicadas hasta el momento (alabadas por el FMI), la inercia positiva del consumo, la inversión y la creación de empleo, así como por las favorables condiciones de financiación y la intensa caída de los precios de las materias primas, especialmente del petróleo, factor clave dada la dependencia del ahorro exterior y de las importaciones energéticas.




Conclusión:
Es menester evidenciar que la economía es una ciencia social donde interactúan diversos actores, tanto a nivel macroeconómico como microeconómico. Por ello mismo, explicar las causas, el proceso y, finalmente, las consecuencias requiere de una explicación en el marco global para comprender; en tanto y cuanto sea posible, el fuerte impacto mundial de la crisis inflacionaria.
A modo de síntesis, podemos explicar el efecto domino de la crisis mundial inflacionaria, la cual se originó en el 2006 en los Estados Unidos con la problemática en el sector inmobiliario que se expandió rápidamente a las hipotecas del sector bancario, lo que generó una fuerte inyección de liquidez en el sistema financiero estadounidense para que éste no colapsara.
Este hito económico género que, años más tardes, muchos países emergentes – como la Argentina – entraran en una etapa de recesión económica, donde la inflación y el estancamiento productivo del país fueron los protagonistas. Pero, como sabemos la inflación en este caso no es un hecho aislado sino que corresponde al contexto en el cual está inmerso: la caída de las exportaciones a uno de los principales socios del mercosur, Brasil; la depreciación del valor de las materias primas a nivel mundial y; el aumento del riesgo del país, confluyeron en el mayor porcentaje de inflación de los últimos años, luego de la crisis de los años 2001/2002. 
Tal como desarrollamos, en el caso de España, la crisis inflacionaria repercutió fuertemente en el sector laboral generando un aumento exponencial en las cifras de desocupación.  Actualmente, se encuentra en una fase de recuperación.
El aumento generalizado de los precios conduce a la pérdida del valor de la moneda. Y, dentro del mundo de las relaciones de trabajo, la inflación repercute fuertemente a los trabajadores produciendo la pérdida del salario real; siendo función primordial de cada gobierno optar por las políticas económicas correctas y eficientes para reducir el fenómeno de la inflación.

Bibliografía:
Impactos de la crisis financiera internacional en la Argentina. Volumen 1 - Ernesto Gaba
Glosario:
Régimen cambiario: refiere a un conjunto de políticas adoptadas por un país en cuanto al valor de la moneda. Se distinguen tres tipos de regímenes cambiarios de acuerdo a su flexibilidad: tipo de cambio fijo, bandas de fluctuación, tipos de cambio móviles. Las mencionadas políticas se implementan a través de los bancos centrales.
Nivel de precios: Magnitud alcanzada por los precios en términos generales. Valor de mercado en unidades monetarias de una cesta de productos de la economía de un país que se utiliza generalmente para compararlos con los precios de los mismos artículos en un período anterior
 Política monetaria: comprende las decisiones de las autoridades monetarias referidas al mercado de dinero, que modifican la cantidad de dinero o el tipo de interés. Cuando se aplica para aumentar la cantidad de dinero, se le denomina política monetaria expansiva, y cuando se aplica para reducirla, política monetaria restrictiva.

Hipotéca Subprime: Es una hipoteca de alto riesgo  y que por lo general no cuenta con ningún aval, por lo que la probabilidad de que el adquiriente de la hipoteca no pague su deuda, es muy elevada.

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