martes, 14 de junio de 2016

GRUPO 13-ECONOMÍA DEL MERCADO Y EL MERCADO LABORAL SXXI

GRUPO 13

ECONOMÍA DEL MERCADO Y EL MERCADO LABORAL

Qué se entiende por economía

Se entiende por economía a aquella que atiende las cuestiones que surgen en relación con la satisfacción de las necesidades de los individuos y de la sociedad. Estas necesidades pueden ser materiales o inmateriales. Para satisfacer estas necesidades se llevaran a cabo ciertas actividades productivas, en las cuales vamos a obtener bienes y servicios para la cobertura de las mismas.

Otra función de la economía es ocuparse de cuál debe ser la manera en que se administren los recursos escasos con el objetivo de producir diversos bienes para distribuirlos entre los miembros de la sociedad.

Dentro del análisis de que es la economía podemos distinguir 2 enfoques: El de Microeconomía y Macroeconomía.

-Microeconomía, se centra en el análisis del comportamiento de las unidades económicas, que pueden ser de consumo (consumidores o familias) o de producción (las empresas). También estudia los mercados donde actúan los demandantes y los oferentes de productos. Además desde la perspectiva microeconómica se consideran a las distintas unidades económicas como unidades individuales.

-Macroeconomía, se centra en el comportamiento global del sistema económico medido a través del número reducido de variables como pueden ser: el empleo, I.P.C, producto nacional, etc.

Dentro de la economía podemos distinguir 3 tipos de sistemas económicos.

Un sistema económico se refiere a un conjunto determinado de mecanismos y acuerdos sociales e institucionales en los cuales se proporciona respuesta acerca de la asignación de recursos.

Estos sistemas son:


  •  Planificado

  •  Sistema Económico de Mercado

  •  Sistema económico mixto


En el caso de un sistema planificado o controlado, las decisiones económicas son controladas por la autoridad, quien dirige todo el proceso económico, por lo que no existe libertad para producir ni para consumir. La propiedad de los bienes de producción es del Estado. Los deseos de los sujetos económicos considerados no son tenidos en cuenta, en tanto que el órgano planificador es quien define las necesidades sociales que han de ser satisfechas. En este tipo de sistema, los recursos son asignados mediante decisiones tomadas por los planificadores centrales.

En cambio, en un sistema de mercado, la asignación de recursos viene determinada por decisiones descentralizadas, coordinadas mediante el mecanismo de los precios. Los bienes de producción son demandados por el público en el cual la autoridad del estado no tiene ninguna incidencia en dicha producción.

Pero en realidad, no existen economías de mercado puras, o economías controladas puras. Todas las economías reales suelen ser mixtas, con distintos grados de confianza entre los mercados y en la planificación central de los distintos países. La aparición del estado con políticas intervencionistas cada vez más acentuadas, ha transformado el sistema de mercado o de libre competencia en un sistema de economía mixto.

Economía de Mercado

Para entender economía de mercado, primero tenemos que definir que es mercado. Entendemos al mercado como una institución a través de la cual, todos los compradores y los vendedores pueden comunicarse entre sí. Determina conjuntamente sus precios y cantidades. Los mercados se caracterizan por el libre intercambio, la toma de decisiones descentralizadas, la especialización y la división del trabajo.

Existen distintos tipos de mercado. Estos son:

Mercado de competencia perfecta: es una representación idealizada de los mercados de bienes y servicios en la que la interacción reciproca de la oferta y la demanda determina el precio. Aquí existen muchos compradores y vendedores, de forma que ninguna parte ejerce influencia decisiva sobre el precio. El mercado determina el precio y las empresas se deben acatar a esto, a partir de esto cada empresa producirá la cantidad que indique su curva de oferta para ese precio, ésta se verá condicionada por sus costos de producción. Para obtener mayores beneficios se debe recurrir al máximo aprovechamiento de la tecnología, siempre renovando.

Monopolio: es aquel mercado en el que existe un solo oferente que tiene plena capacidad para determinar el precio. El empresario competitivo toma el precio como un dato y adapta su comportamiento a las condiciones del mercado. El empresario monopolista desempeña un papel determinante en la fijación del precio. El Estado limita el poder de mercado monopolista mediante la legislación antimonopolio; elaborando leyes y reglamentaciones destinadas a fomentar la competencia en la economía prohibiendo todo lo que puede acarrear algún tipo de ineficiencia en el mercado, limitando las estructuras de mercado permitidas. En estos casos despliega todos sus efectos antes de que se produzca finalmente el monopolio, puesto que se trata de evitar que finalmente se desarrolle una estructura ineficiente.

Oligopolio: es una forma de mercado en la cual éste es dominado por un pequeño número de vendedores. Debido a que hay pocos participantes en este tipo de mercado, cada oligopólico está al tanto de las acciones de los otros. Las decisiones de una empresa, afecta o influencia las decisiones de las otras. Por medio de su posición ejercen un poder de mercado provocando que los precios sean más altos y la producción sea inferior. Estas empresas mantienen dicho poder colaborando entre ellas evitando así la competencia. El oligopolio supone la existencia de varias empresas, pero de tal forma que ninguna de ellas puede imponerse totalmente en el mercado. Hay por ello una constante lucha entre las mismas para poder llevarse la mayor parte de la cuota del mercado en la que las empresas toman decisiones estratégicas continuamente, teniendo en cuenta las fortalezas y debilidades de la estructura empresarial de cada una.

Competencia monopolística: es un tipo de competencia en la que existe una cantidad significativa de productores actuando en el mercado sin que exista un control dominante por parte de ninguno de estos en particular. En este caso es que se presenta una diferenciación del producto. Fácil entrada y salida a la industria por parte de los productores. Hay una apreciable capacidad de control de los precios, relativa facilidad para el ingreso de nuevas empresas, los monopolistas tienen ventajas que otros oferentes no poseen.

Ahora que entendemos que es mercado y sus diferentes formas, podemos decir que la economía de mercado es aquella forma de organización económica en la que las decisiones son el resultado de una multiplicidad de comportamientos individuales, tomadas libremente a través del mercado por medio de un sistema de precios. En la economía de mercado el vínculo entre los recursos productivos y los consumidores está constituido por las empresas privadas, a diferencia de la economía planificada que este vínculo está constituido por el Estado. Estas empresas privadas adquieren los recursos que necesitan en el mercado de factores productivos y venden su producción a los consumidores en el mercado de bienes.

Ventajas y desventajas de la economía de mercado

La principal ventaja que se atribuye a la economía de mercado es que, aunque los factores productivos no están en mano de los consumidores, se utilizan para producir lo que ellos quieren. Otras ventajas son la “libertad de elegir”, tanto de oferentes como de demandantes; sistema de precios flexible, que permite que desequilibrios en la oferta o en la demanda sean transitorios, o lo que es lo mismo, muy poco duraderos y un sistema de mercado de iniciativa para que los individuos se comporten como productores, porque saben lo que tienen que producir, saben lo que deben vender.

Las desventajas de la economía de mercado son:
- Movilidad imperfecta de los factores: Al existir una flexibilidad en cuanto a los precios de los distintos bienes o servicios y, dependiendo de esto, se debe sustituir la producción de un artículo por otro, lo mismo sucede con la mano de obra que debe adaptarse a los cambios productivos que se dan. Puede pasar que no se llegue a producir lo que se demanda.

- Empresas poderosas: Se puede beneficiar aquellas empresas que poseen el monopolio de la producción de algún bien o servicio y aumentar los precios según lo consideren.



Trabajo

Puede ser concebido como el medio del que dispone el hombre para producir bienes para la satisfacción de sus necesidades. Aunque también, como dice el art 4 de la LCT “Es la actividad productiva y creadora del hombre en sí”, es decir, que permite la autorrealización del sujeto.

El trabajo agrega un valor a la obra producida y la persona obtiene a su vez un reconocimiento desde los otros que lo rodean por realizar ese trabajo.

Esto significa que el trabajo no sólo es una actividad económica, es una actividad “existencial” del hombre.

Todo trabajo requiere de una serie de esfuerzos físicos y conocimientos, por más simple que parezca la tarea a realizar.

Además de un esfuerzo individual, cada trabajo supone un esfuerzo colectivo ya que es necesario para su realización algún tipo de cooperación.

Existen muchas formas de clasificar el trabajo, y es entonces que al analizar la evolución histórica del mismo, podremos notar que a medida que avanzamos en el tiempo, la división social del trabajo ha ido aumentando cada vez más.

Desde la revolución industrial, donde el trabajo era únicamente físico, (el trabajador ponía su fuerza de trabajo a disposición del empleador y éste a cambio le retribuía con un salario bajo), con el correr de los años, se fueron implementando leyes protectoras del trabajo (cargas sociales, sueldo anual complementario, ley de jornada laboral, etc…) sumado al avance de la tecnología, se comenzó a requerir también el trabajo intelectual, que antes sólo reposaba en los altos mandos, ahora también los empleados tienen que tener determinadas competencias intelectuales, dependiendo de las tareas a desarrollar.

Actualmente se convirtió en un derecho (ya no es sólo un deber social) que constituye una real necesidad de todos los seres humanos y que está en la esencia misma de la naturaleza humana.

Mercado de Trabajo

El mercado laboral es un conjunto de relaciones entre empleadores y personas que buscan trabajo remunerado. Los que compran servicios de trabajo son las empresas, los que a su vez configuran la demanda de trabajo. Los que venden sus servicios de trabajo son los trabajadores y ellos forman la oferta de trabajo. La interacción entre ambos sectores y con la participación estatal (dependiendo el tipo de modelo económico del país donde se encuentre) determina los salarios que se pagan en la economía.

El mercado de trabajo se conforma por dos partes importantes.

- Individual: Es aquella en la cual participan los trabajadores (oferta), los cuales se postulan a un puesto determinado ofrecido por una empresa. Mantienen una entrevista laboral y posteriormente son seleccionados para ingresar o no a la misma.

- Colectiva: Es la que uno o más sindicatos negocia con una empresa, un grupo de empresas, o una organización de empleadores, las condiciones de contratación laboral, estableciendo los acuerdos en un convenio colectivo de trabajo.

El mercado laboral tiene particularidades que lo diferencian de otros tipos de mercados (financiero, de insumos, inmobiliario, etc…); principalmente en la cobertura de los derechos laborales y de poder garantizarlos sistémicamente.

El acuerdo entre el trabajador y el empleador que da origen a la relación laboral se denomina contrato de trabajo. El “precio” del trabajo se denomina salario o remuneración.

Relación entre Economía de Mercado y Mercado de Trabajo

La denominación "mercado de trabajo" ha sido cuestionada porque, en términos económicos, un mercado es un espacio en el que se ofrecen y demandan mercaderías, las que son objeto de comercio.

La economía de mercado considera trabajo solamente al esfuerzo dado a cambio de una remuneración, es decir, se considera sólo su aspecto productivo. Si una persona realiza un esfuerzo sin remuneración, como es el caso del voluntariado o el trabajo doméstico, la economía de mercado la considera como laboralmente inactiva, no perteneciente al mercado laboral. Incluso, por ejemplo, aquellas personas que desarrollan una actividad artística no son considerados trabajadores. A partir de esta concepción, se clasifica a la población total de un país en función de su pertenencia y posición en el mercado de trabajo: Población de 16 o más años, es población total en edad legal para trabajar.

- Población activa: Población total en edad de trabajar y que quieren trabajar.

Se distingue entre:

Población ocupada: Personas activas que tienen un trabajo, por cuenta propia o ajena.

Población desocupada: Personas activas que buscan trabajo pero no lo consiguen. No se consideran desempleados todas aquellas personas que no desempeñan un puesto de trabajo porque no desean hacerlo. En esta categoría quedan incluidos desde los ricos ociosos, hasta las amas de casa por propia convicción y voluntaria elección.

- Población inactiva: Personas en edad de trabajar pero que no buscan trabajo.

Ambos conceptos se relacionan entre sí, porque uno influye sobre el otro y viceversa.

La cultura del trabajo aparece con la primera industrialización acompañada por el pensamiento liberal. A finales del siglo XX y principios del siglo XXI apareció nuevamente una corriente neoliberal, acompañando un nuevo modelo productivo-mercantil, que destruye el pacto social que surgió en el Estado del Bienestar o Planificado, aparece la crisis de la sociedad salarial y conjuntamente ciertas crisis de identidad y estrategias de adaptación tanto de individuos como de los grupos.

Se fue mutando de la cultura del trabajo a la sociedad neoliberal, donde rige la economía de mercado nuevamente, como por ejemplo sucede ahora en nuestro país.

Distinguimos 10 ítems respecto del mercado laboral en el siglo XXI.

1) Nuevo mercado laboral

Hay un nuevo escenario sociolaboral, en el que todos debemos trabajar más años, las mujeres se convirtieron en agentes de cambio, modificando los roles masculino y femenino. La población inmigrante cobra un nuevo protagonismo y la movilidad internacional resulta clave.

Las empresas se internacionalizaron cada vez más, apostando por la dispersión geográfica de los equipos de trabajo. El freelance encaja con el modelo de organización actual, y lo importante no es la profesión, sino la carrera profesional y un perfil más versátil de los candidatos.

2) Relación con la empresa

Se modificó la lealtad a la compañía, los ciclos de permanencia en las organizaciones o el modelo de compromiso. Resulta cada vez más difícil orientar a los candidatos para que encuentren estabilidad en el mismo puesto, porque la misma ha dejado de existir. Eliminada la perdurabilidad, los trabajos tienden, a veces, a ser por proyectos.

3) Gestionar la diferencia

La gestión de la diversidad en las organizaciones se impone como una necesidad de competitividad. Las empresas actualmente se encuentran con una diversidad cultural hacia sus adentros y deben intentar gestionarla de modo eficiente para no dejar de competir y correr el riesgo de desaparecer del mercado laboral.

4) Nueva estructura de RRHH

La descentralización del área de personas en cada unidad de negocio es una garantía para gestionar empleados de forma eficaz. Sin embargo, es necesaria una visión de conjunto común, cuya responsabilidad recaiga en la dirección de recursos humanos, para lograr que los procesos sean homogéneos.

5) Fidelización de los trabajadores

Diseñar políticas para fomentar la marca de empleador es una obligación para fidelizar a los mejores trabajadores.

6) Modelos de reclutamiento

El área de recursos humanos está al frente de una revolución en las empresas, que compiten con cazatalentos, firmas de selección y portales de empleo.

7) Marca personal

La carta de presentación para acceder al mercado laboral y progresar en él, es uno mismo.

8) Competencia educativa

Las universidades compiten (al menos aquellas privadas) por atraer más cantidad de estudiantes a sus respectivas casas de estudio.

9) Formación continua

Se dispara la inversión en formación, porque aumenta la conciencia sobre la necesidad de mejorar el currículum y obtener más competencias laborales para afrontar la búsqueda laboral y ser competitivo.

10) Sueldos

Pagar mejor a quien más aporta a través de la retribución flexible. Esa tendencia lleva años tratándose de consolidar, pero aún son escasas las organizaciones que han decidido apostar por este modelo de compensación.

Cómo veníamos planteando, en el Siglo XXI se produjo un cambio de modelo hacia el neoliberalismo.

Nos encontramos transitando un período en el que cada vez más cosas pueden ser vendidas y compradas. Muchos aspectos de la vida moderna quedan así incluidos dentro de la lógica de mercado, y el mercado laboral no está exento de los cambios, y mucho menos los trabajadores.

La mercancía que realmente se intercambia en el mercado de trabajo no es el trabajo ya realizado (producto), sino, la fuerza de trabajo, la capacidad de trabajar de las personas.

Actualmente predomina la idea de que el mercado de trabajo eficiente sería el plenamente competitivo y desregulado. Esto contrasta con la situación actual de las economías capitalistas desarrolladas en las que la determinación de los salarios es a través de la negociación colectiva o de acuerdos específicos entre empresas y trabajadores, y que este consenso puede tener en la reducción del conflicto social y en el aumento del rendimiento y productividad de los trabajadores, algo que no se tiene en cuenta en ese modelo del mercado de trabajo y que no se garantiza totalmente con la plena competitividad del mercado, sobre todo si los salarios son muy bajos y las condiciones de trabajo muy deficientes.

Actualmente nos encontramos con la “paradoja de la flexibilidad”, ya que sí bien desde el punto de vista microeconómico puede ser cierto que la reducción del salario (entiéndase real) que paga un empresario puede hacer que este, al disminuir sus costes laborales, contrate a un nuevo trabajador que estaba en paro y, por lo tanto, mejore la situación económica del mismo, desde el punto de vista macroeconómico el retroceso generalizado de los salarios (reales) reducirá la demanda de consumo del conjunto de los trabajadores, lo que será muy difícil de contrarrestar por otros componentes de la demanda efectiva nacional (incluidas las exportaciones), y el empleo total del país disminuirá.

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