sábado, 25 de junio de 2016

Grupo 11-MANO DE OBRA EN LOS CENTROS URBANOS (COSTO VS MANO DE OBRA EN EL CAMPO)



MANO DE OBRA EN LOS CENTROS URBANOS (COSTO VS MANO DE OBRA EN EL CAMPO) ¿POR QUE LA MANO DE OBRA AFECTA AL CAMPO Y TIENE UN VALOR MENOR EN EL MERCADO?

INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo desarrollaremos el proceso de urbanización, sus causas y cambios que se produjeron en las diferentes etapas históricas hasta la actualidad.

Para comenzar creemos plantear dos interrogantes que muchos se han hecho y giran en torno a por qué hay tanta preocupación por las áreas “urbanas” hoy día, y qué implica esto para sus contrapartes “rurales”. Frente a esa percepción de fijación con la agenda urbana, se está gestando una progresiva preocupación por la suerte de las áreas rurales.

La respuesta es realmente sencilla. Considerar a las áreas “urbanas” y “rurales” como dos áreas separadas y/o que compiten entre sí, es erróneo y engañoso. Lo urbano y lo rural no constituyen una dicotomía. Son dos aspectos de un mismo espectro y deben ser considerados elementos indivisibles del asentamiento humano en diferentes escalas, caracterizados por flujos de personas y recursos en ambos sentidos.

Lo urbano y lo rural están inextricablemente asociados y no pueden ser abordados independientemente el uno del otro. Son económica, social y ambientalmente interdependientes.

El desafío de una urbanización acelerada, así como las consecuencias de no estar preparados para tal proceso, son de relevancia mundial. Fallar en construir los cimientos correctos planificando el desarrollo que sabemos con certeza que ocurrirá, devendría en la perpetuación de la pobreza y la proliferación de asentamientos precarios, la expansión insostenible de áreas urbanas y la provisión inadecuada de infraestructura. Las consecuencias de dicha carencia sobre la salud, seguridad y protección serían colosales.

Resulta claro y equilibrado que en el desarrollo de un país todas las fuerzas y recursos se orienten por partes iguales al crecimiento simétrico campo-ciudad. Las políticas públicas precedidas de sus presupuestos deberán lograr impactos sectoriales e institucionales buscando como fin una articulación tal que el espectro sea cada vez mas amplio y de beneficio directo a las diferentes comunidades, asentadas en la geografía nacional.

La brecha entre ciudad y el campo se viene ampliando exponencialmente los niveles de crecimiento económico y de generación de empleo para el sector rural son marginales si tenemos en cuenta los indicadores macroeconómicos del país y los procesos de modernización y de desarrollo de la Nación.

Proceso de urbanización

El proceso de urbanización es la progresiva concentración en la ciudad de la población y sus actividades económicas.[]

Causas

El proceso se debe a los siguientes factores: la migración de las personas de las áreas rurales hacia las áreas urbanas que a su vez se debe a que la mayoría va en búsqueda de empleo, de un empleo mejor remunerado, mejor calidad de servicios sanitarios y educativos, y una mayor diversidad de estilos de vida y entretenimiento; el crecimiento natural o el crecimiento de la población en las zonas urbanas; la reclasificación de las áreas rurales como zonas urbanas.[]

Niveles y tendencias de la urbanización

A nivel mundial, actualmente, más personas viven en zonas urbanas que en zonas rurales. En el 2007, por primera vez en la historia, la población urbana mundial supera la población rural mundial, y la población del mundo tiende a permanecer predominantemente urbana a partir de entonces. El proceso de urbanización global ha avanzado rápidamente durante las últimas seis décadas.

En 1950, más de dos tercios (70 por ciento) de las personas en todo el mundo vivían en asentamientos rurales y menos de un tercio (30 por ciento) en los asentamientos urbanos. En 2014, el 54 por ciento de la población mundial era urbana. Todo parece indicar que la urbanización global continuará, por lo que en 2050, el mundo será un tercio rural (34 por ciento) y dos tercios urbano (66 por ciento), más o menos a la inversa de la distribución de la población rural-urbana de mediados del siglo XX.[]

El número de países que se consideran altamente urbanizados ha aumentado de forma espectacular en las últimas décadas y se prevé que seguirá aumentando en las próximas. Proyectándonos hacia el futuro, en el año 2050 más del 80 por ciento de los países en el mundo se prevé que tenga al menos la mitad de su población urbana; y, poco menos del 50 por ciento tendrá de al menos el 75 por ciento de su población urbana.[]

Posiciones

Las posiciones a favor se centran en los beneficios que trae la urbanización a los individuos. En cuanto a la relación con los individuos citan que los ingresos tienden a ser más altos en las ciudades que en las áreas rurales; la calidad de vida es mejor pues los gobiernos pueden aplicar eficientemente programas en gran escala en áreas como comunicaciones, transporte, agua potable, sanidad y tratamiento de residuos.

También se hace mención a sus consecuencias positivas a la economía pues la ciudad atrae negocios y empleos, que a la vez incrementa la productividad; es posible el comercio intraindustrial debido a la especialización del trabajo; las empresas urbanas pueden aprender de otras de las misma industria o de sus proveedores; estar cerca de sus clientes les permite responder mejor a la demanda cambiante; las cercanía de las empresas con sus clientes y proveedores combinado con medios de transportes baratos reducen los costos de transacción; las ciudades incuban las ideas y las tecnologías que aceleran el progreso económico.[]

En cuanto a los efectos en relación a las áreas rurales: las personas que migran a la ciudad mandan remesas para las familias de áreas rurales; debido a menor mano de obra que quedan en el campo, los sueldos pueden aumentar allá; se tiende a disminuir la tasa de pobreza en las zonas rurales, aunque esto acaece debido a que los pobres se trasladan a las ciudades aumentando la pobreza urbana.[]

Empero, no hay ninguna evidencia de que eleven el PBI per cápita, aunque si existe una positiva pero débil correlación.

Definición de Mano de Obra

El término que nos ocupa se sustenta, etimológicamente hablando, en el latín. Así, nos encontramos con el hecho de que el vocablo mano procede de la palabra latina manus que puede traducirse en varias acepciones tales como “fácil de manipular”. Y obra, por su parte, emana del vocablo latino opera que significa “trabajo”.
Se conoce como mano de obra al esfuerzo tanto físico como mental que se aplica durante el proceso de elaboración de un bien. El concepto también se aprovecha para apuntar hacia el costo de esta labor (es decir, el dinero que se le abona al trabajador por sus servicios).
Transformaciones agrícolas y despoblamiento en las comunidades rurales de la Región Pampeana Argentina

La Región Pampeana, es un área económica geográfica, que ocupa unas 60 millones de hectáreas comprendiendo partes de cinco provincias: Santa Fé, Entre Ríos, Córdoba, La Pampa y Buenos Aires. Además, concentra entre el 90% y el 80% de la producción de cereales y oleaginosas de Argentina y más del 50% del total de habitantes del país. La contribución histórica de la agricultura al desarrollo económico y social en Argentina, guarda una estrecha relación con la Región Pampeana. Sus transformaciones promovieron progresos productivos, pero también despoblamiento. Las mayores posibilidades de empleo en el medio urbano, y el proceso de mecanización y tecnificación favorecieron la generación de importantes corrientes migratorias. Esto explica la urbanización registrada en Argentina, que terminó generando un país demográficamente desequilibrado. Una sola provincia, la de Buenos Aires, posee casi el 40% de la población total del país, a su vez con dos realidades bien marcadas: a) por un lado, el Gran Buenos Aires, con el 63% de la población de la provincia y una densidad de 2.393 hab./km2; b) por otro, el resto de la provincia, con el 37% de la población y una densidad de 17 hab./km2. Por tanto, para realizar la caracterización histórica de la evolución de la agricultura en la Región Pampeana, se han considerado cuatro criterios de análisis que definen cuatro etapas históricas. Estos son: 1) el contexto econó- mico externo: cada etapa histórica, tiene un marco mundial externo que influye en países como Argentina tan dependientes de las exportaciones de productos alimenticios; 2) el marco político y condiciones de desarrollo económico interno: al igual que el anterior, estos elementos han tenido en Argentina una influencia fundamental en la evolución de la actividad agropecuaria; 3) el comportamiento de los factores de producción e innovación: la utilización de los factores productivos tiene como objetivo producir bienes y servicios. La evolución de los mismos en unidades económicas de una región, zona o país nos da una idea del desempeño económico de ese lugar. La productividad es la relación entre el producto obtenido y los factores de producción empleados; 4) la variación demográfica urbano-rural: a lo largo de la historia el despoblamiento rural y la migración a los centros urbanos ha sido una constante. En función de estos criterios y de una serie de hitos, se han definido cuatro etapas históricas en el desarrollo agrícola de la Región Pampeana. Las diferentes características, singularidades y acontecimientos relevantes de cada una de estas etapas, han incidido en el proceso de despoblamiento rural de esta región. Las etapas son las siguientes: I) etapa de inicio y expansión de la agricultura: 1862-1929; II) etapa de retroceso agrícola: 1930-1950; III) etapa de mecanización y tecnificación: 1950-1989; IV) etapa de especialización productiva y agriculturización: a partir de1990.

ETAPA DE INICIO Y EXPANSIÓN DE LA AGRICULTURA: 1862-1929

A partir de 1862 comienza un período clave en la historia Argentina. Una sucesión de presidencias con objetivos comunes, sentaron las bases del desarrollo del país. Por otro lado, el contexto internacional fue decisivo en la estrategia de crecimiento. La Revolución Industrial, iniciada en Inglaterra en el siglo XVIII originó la expansión de la producción inglesa, generando una nueva organización internacional del trabajo. Los países industriales tenían como prioridad, asegurar la provisión de alimentos para la mano de obra de sus industrias. Así, muchos capitales llegaron a la región pampeana, sobre todo de origen británico, para desarrollar las infraestructuras y satisfacer la demanda de productos primarios. La nación se organizó social y políticamente en torno a las actividades agropecuarias: se construyeron caminos, ferrocarriles y puertos; se propiciaron las inmigraciones de mano de obra europea y se crearon las condiciones jurídicas que aseguraron el ingreso de capitales y bienes del exterior. Como principales hitos de esta etapa podemos mencionar: el desarrollo de los ferrocarriles; la inmigración europea; la primera guerra mundial que tuvo lugar entre 1914 y 1918 y la crisis económica mundial iniciada en octubre de 1929.

El contexto económico externo

Varios autores que analizaron desde distintos ángulos, el desarrollo de Argentina (Rofman y Romero, 1973), coinciden en señalar que el proceso de desarrollo industrial, gestado en la Europa Occidental y en los Estados Unidos (basado principalmente en la industria textil y metalúrgica) posibilitó el afianzamiento del núcleo de países centrales. Así, la necesidad de éstos de proveerse de materias primas y organizar sus economías promovió la exigencia de impulsar la economía mundial, haciendo necesario incorporar al sistema económico nuevas regiones potenciales para la producción de alimentos. En función de ello, las nuevas áreas productoras de materias primas, pasaron a ser prioridad de las inversiones para el desarrollo: agropecuario, forestal y minero. En esta etapa, comienza a desarrollarse un intenso intercambio comercial de los países centrales a los periféricos, facilitado por la modernización del transporte . Así, el aporte de mano de obra e inversiones, que eran requerimientos indispensables de las nuevas regiones para expandir su producción sería provisto por aquellos. Esto, posibilitó a los países industriales canalizar el exceso de mano de obra, generado por el desequilibrio del desarrollo industrial. De esta manera, las migraciones intercontinentales en la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del XX fueron tan significativas, que involucraron a millones de personas.

El marco político y económico interno

Al inicio de esta etapa, la característica básica de la economía se apoyaba sobre la oligarquía terrateniente. Pero es también a partir de este período, donde comienza a darse un nuevo tipo de ocupación del suelo: las colonias de inmigrantes. No obstante las políticas restrictivas adoptadas por el Estado para la entrega de tierras fiscales a los inmigrantes, dificultó su radicación, acentuándose el predominio de los latifundios. Las inversiones extranjeras se dirigieron fundamentalmente a la creación de infraestructuras de transporte (desarrollo de ferrocarriles), al control del sistema de comercialización y al financiamiento del estado nacional. El flujo de inversiones locales y extranjeras, como el eficaz funcionamiento del Estado, permitieron una rápida expansión de la producción agrícola en la Región Pampeana. Dos hitos históricos o acontecimientos de importancia histórica nacional se desarrollaron en esta etapa: a) el desarrollo de los ferrocarriles y b) la inmigración europea.

El desarrollo de los Ferrocarriles

En esta etapa, la valorización de la Región Pampeana, se inscribe en el contexto internacional de intereses por las materias primas. En tal sentido la región ocupaba un lugar destacado en los intereses internacionales. Esa importancia estaba dada, por la calidad de sus suelos y las bondades de su clima. Pero también, por la accesibilidad desde el mar y la facilidad para la construcción de infraestructuras terrestres. La conjunción de estos factores llevó al desarrollo de la agricultura pampeana a partir de 1880. En tal sentido, el desarrollo agrícola no podía existir sin un transporte terrestre de gran volumen. El ferrocarril ofrecía la solución técnica y los capitales británicos lo advirtieron rápidamente. Las líneas férreas fueron concebidas como la prolongación terrestre de la navegación fluvial y oceánica, para lo cual se hizo necesaria la construcción de un sistema portuario, de gran capacidad y facilidad para el embarque y desembarco. De esta manera, el ferrocarril ha quedado ligado históricamente a la actividad agropecuaria del país y fue el origen de gran parte de los centros urbanos de la Pampa Húmeda.

La inmigración europea

Uno de los cambios que acompaño el desarrollo industrial en los países centrales en el siglo XIX, fue el aumento de la población y el traslado de grandes masas de la actividad agrícola a la industrial. Este proceso provocó excedentes demográficos, aumento en la demanda de alimentos y de materias primas para la industria. En función de ello, fue necesario canalizar en países periféricos: la producción de alimentos y materias primas, el consumo de productos elaborados, los excedentes demográficos europeos y los capitales necesarios para sostener el modelo. La incorporación de la República Argentina al sistema mundial como productora de materias primas, se vio favorecida por esta situación. El principal motivo para estimular la inmigración en el país, fue la falta de mano de obra para realizar tareas agrícolas. De esta manera se explica el saldo migratorio, porque existió el fenómeno de la inmigración golondrina: muchos obreros rurales desocupados, durante el invierno europeo, se desplazaban a trabajar en las cosechas de cereales al hemisferio sur, retornando al final de la misma a su país de origen.

El comportamiento de los factores de producción e innovación

El notable crecimiento de la agricultura que se produjo en el país entre 1880 y 1914, estuvo basado en la incorporación de factores de producción: tierra, capital y trabajo, y aunque no en la misma magnitud, también contribuyó el aumento de la productividad de los factores. Algunos autores sostienen que la tierra, también fue utilizada con fines especulativos. Los terratenientes, por ejemplo, fueron reacios a invertir en tecnología apostando por la agricultura extensiva y de baja productividad. No obstante, por ser un período de grandes inversiones, en general hubo un uso importante de los factores. Con la introducción del ferrocarril y la llegada masiva de inmigrantes se resuelven en parte los problemas que impedían la expansión de los cultivos. Hacia 1890 el sector agrícola comenzó a crecer aceleradamente. En la década de 1895-1905 el progreso en la producción se hace muy evidente.

La variación demográfica urbano-rural

Los cambios ocurridos en el agro en esta etapa, incidieron fuertemente en la distribución de la población en el territorio argentino. El sistema de arrendamiento (una forma de alquiler de campos) condicionó las posibilidades de un mayor asentamiento de inmigrantes en la zona rural. También al agotarse la coyuntura económica favorable hacia 1910, se fue generando un excedente de mano de obra que se dirigió a las áreas urbanas. Es a partir de 1914 cuando comienza la fase de formación de las grandes ciudades. El país había adquirido un perfil urbano. El 25,4% de la población (más de 2 millones de personas) estaba radicado dentro del área de las inmediaciones de Buenos Aires. El flujo migratorio tuvo un papel fundamental en la alteración del esquema urbano-regional preexistente. Las migraciones internacionales se asentaron fundamentalmente cerca de las ciudades-puerto y en las zonas agrícolas colindantes, en especial del Río de La Plata y el Río Paraná. La diferenciación entre la zona litoral y el interior del país, comienza a gestarse en esta etapa.De esta forma, todos los elementos de desarrollo se fueron gestando alrededor de Buenos Aires: la red de transporte, los excedentes económicos y el papel del estado inversor. Solo escaparon algunos sitios del interior del país que fueron favorecidas por el poder central, como Mendoza, Córdoba o Tucumán.

De esta forma, el desproporcionado aumento de la población urbana resultó desde el principio, uno de los importantes obstáculos interpuestos para el desarrollo armónico de la región.

ETAPA DE RETROCESO AGRÍCOLA: 1930-1950.

El modelo económico adoptado para la expansión de la economía, basado principalmente en la producción agropecuaria, tocó su fin hacia 1913. Al inicio de la década, comienza a agotarse la coyuntura económica externa favorable, sumada a ello la caída de las exportaciones y un período de malas cosechas que redujeron la producción de cereales. Una serie de hitos o acontecimientos internacionales, marcarán esta etapa, acentuando los efectos sobre la agricultura pampeana: a) la 1ª Guerra Mundial entre 1914-1918; b) la Gran Depresión Económica de octubre de 1929; c) la 2ª Guerra Mundial entre 1939-1945. La caída de las exportaciones provocó que el país elaborara una estrategia, para superar la falta de insumos importados. Se desarrolló un amplio programa de industrialización sustitutiva de importaciones. Período este que se extendió en una primera etapa entre 1935 a 1946 y en una segunda subetapa que fue hasta 1954. A diferencia de lo que habían sido los años anteriores, el Estado asumió numerosas funciones, reflejando una gran participación en la vida económica del país. En esta etapa la Región Pampeana, sufre un intenso despoblamiento rural, por la caída de las exportaciones agrícolas, pero también por la escasez y obsolescencia de maquinarias agrícolas debido al cierre de las importaciones por el conflicto bélico.

El contexto Económico Externo

La crisis económica iniciada en octubre de 1929, constituye el comienzo de un período denominado La Gran Depresión, que va a durar hasta la década de 1940. La misma se caracterizó por un intenso proceso recesivo en cadena, pues a la caída de la producción industrial, le siguió una disminución de la demanda de materias primas donde fueron afectados tantos países productores como consumidores. Con la crisis en todo el mundo, el sector agrícola fue uno de los más afectados . A fines de 1931 el precio de los cereales había descendido en promedio cerca de la mitad del que tenía antes de la crisis. Así, se produce una caída en los términos de intercambio de los países productores de materias primas y alimentos por la mayor declinación de los precios agropecuarios con respecto a los industriales. Las exportaciones argentinas estaban compuestas esencialmente por productos agropecuarios.

El marco político y económico internos

La crisis económica dañó seriamente el sistema económico argentino y modificó sensiblemente su vinculación con el sistema internacional. La caída de los precios, provocó la quiebra de miles de productores agrícolas, esta situación en cadena afecto a comerciantes e intermediarios. Para hacer frente a la crisis, comenzaron a tomarse medidas económicas en las que el Estado tendría un papel protagonista. El mismo asumió numerosas funciones, reflejando una gran participación en la vida económica del país. Se crearon distintos organismos reguladores para proteger la producción de distintas regiones frente a la caída del consumo: Junta Nacional de granos, de carne, de vid y otros productos que determinaban el volumen de la producción con el objetivo de mantener los precios.

El comportamiento de los factores productivos e innovación

La crisis afecto a todos por igual: propietarios, arrendatarios y productores tanto agrícolas como ganaderos. El dato concreto es que el volumen de las exportaciones agrícolas entre 1937 y 1945, cayó entre un 88 y 98%. En tanto la mano de obra había disminuido drásticamente durante todo este período. Entre 1947 y fines de los 50 el número de obreros rurales baja en la región pampeana un 52%. La caída en la producción agrícola, se explica por el retroceso que se dio en los niveles tecnológicos en ese período. Entre los antecedentes sobre el comportamiento de la productividad del sector, pueden mencionarse: la evolución de los factores en el sector rural estuvo bastante equilibrada hasta 1940-44, registrándose pocas variaciones en las razones capital/trabajo y tierra/trabajo. A partir de 1945-49 se observa un notable aumento de la razón capital/trabajo, originado principalmente por disminución de la mano de obra y el incremento en el capital, determinando también un incremento de la razón tierra/trabajo.

La variación demográfica urbano-rural

En el marco de esta situación, el Estado privilegió el desarrollo de la industria a través de la sustitución de importaciones. De esta forma, mucha población rural de la región pampeana y del interior del país afectada por la situación de crisis que vivía la actividad agrícola en general, comienzan a migrar hacia las ciudades provocando un rápido despoblamiento rural. Así, el flujo migratorio interno, constituyó el factor fundamental de la concentración urbana (Rofman y Romero, 1974). De esta manera, cobra importancia nuevamente Buenos Aires y sus alrededores al convertirse en el centro de localización de las principales industrias. Entre los principales motivos se destacan: una población cuantitativamente importante, abundancia de mano de obra, buena infraestructura en comunicación con el resto del país por ferrocarril y buena comunicación con el exterior del país por el sistema de puertos.

ETAPA DE MECANIZACIÓN Y TECNIFICACIÓN: 1950-1989.

En esta etapa se produce una expansión de la producción agrícola, lográndose la recuperación de los niveles de producción de antes de la crisis de 1930. Comienza así, un período de crecimiento que va a estar influenciado fundamentalmente por las transformaciones tecnológicas. Como principales hitos de esta etapa podemos mencionar: a) la creación del INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) en 1957; b) la mecanización total de las labores agrícolas; c) la introducción de semillas mejoradas; d) el uso de agroquímicos y fertilizantes; e) la difusión del cultivo de soja. El INTA, jugó un rol importantísimo en la transferencia de tecnologías a los productores. Además supuso la conformación de un cuerpo de investigadores para el mejoramiento de varios cultivos.

El contexto Económico Externo

En la mayoría de los países desarrollados tienen efecto pleno los beneficios de la revolución verde. Tanto en Estados Unidos como en los países de Europa, la incorporación de nuevas maquinarias, la aplicación masiva de agroquímicos y fertilizantes, la utilización de semillas mejoradas logran duplicar y triplicar los rendimientos de los principales granos. En Argentina, la agricultura inicia un proceso de recuperación luego del estancamiento de décadas anteriores. Se comienza a observar una nueva forma de organización de la producción y la incorporación de los cambios tecnológicos impulsados por el INTA. Estas dos características, nueva organización de la producción y cambio tecnológico, fueron esenciales para el desarrollo de la agricultura a partir de la década del sesenta. De esta forma, entre 1965 y 1985, la producción anual de granos pasó de 14 a 80 millones de toneladas.

El marco político y económico interno

Desde comienzos de la década de 1950, se realizaron esfuerzos para impulsar la recuperación de la producción agrícola pampeana, como manera de reubicarla en los niveles competitivos internacionales. Un aspecto decisivo en este sentido fue la creación en 1957 del ya mencionado INTA. A esta decisión se sumó la industria privada que comenzó a introducir material genético mejorado. De esta manera, se conocen los híbridos en maíz, sorgo y girasol y el desarrollo de otros cultivos como la soja. Además, comienza la incorporación de agroquímicos, fertilizantes y se estimula el desarrollo de la producción nacional de maquinaria e implementos agrícolas. Estas mejoras técnicas, permitieron resolver la escasez de mano de obra generada en la Región Pampeana, por la migración del campo a las ciudades.

En el plano político el país se debatió en una serie de conflictos internos y alternancia entre gobiernos democráticos y gobiernos militares. El desarrollismo de los finales de los años 50 y principio de los 60 estimuló un segundo período de industrialización (sustitutiva de bienes intermedios y consumo durable) que también sentaría las bases para la tecnificación agrícola. A esto se sumó el estímulo para los capitales extranjeros a través de la ley de radicación de capitales. De esa forma la inversión en los primeros años de la década de 1960 creció fuertemente. Por eso a partir de 1963 la nueva relación tecnológica de los cultivos de la Región pampeana, se conjugó con una política de precios relativos más estables, con el crecimiento de la demanda interna y la apertura de nuevos mercados. Las nuevas variedades de cultivos, la difusión de herbicidas, nuevas técnicas de cultivos y la mecanización de las tareas provocan un aumento oscilante de la producción agrícola. Entre los cambios mencionados tuvo lugar también, el desarrollo del cultivo de soja a partir de la campaña 1971-1972, que se convertirá en pocos años en el principal cultivo de la Argentina.

El comportamiento de los factores de producción e innovación

Las transformaciones operadas durante esta etapa, hizo que el valor de la producción se multiplicara por tres, la productividad de la tierra se duplicara y la productividad de la mano de obra se cuadriplicara. Este salto en la productividad, está fundamentado por la difusión masiva de tecnología y el resultado de la innovación tecnológica. Si bien en el década de 1960 se inicia esta transformación, en la década de 1970 se incorporan nuevas innovaciones: las semillas mejoradas de maíz y sorgo, trigo y girasol, el desarrollo de paquetes tecnológicos y la difusión del cultivo de soja. Una forma de medir la productividad es a través de la Productividad Total de los Factores (PTF). Al respecto la tendencia creciente de los índices de productividad en los años setenta, que se modifica a principios de los ochenta, registrándose una notable caída en 1989.

La variación demográfica urbano-rural

Si bien Argentina, desde principios de siglo, muestra un elevado índice de urbanización, es a partir de mediados de siglo cuando la población rural no sólo pierde participación relativa, sino que se reduce en términos absolutos. En consecuencia dicha población, fue perdiendo peso relativo desde principios de siglo hasta 1960. De esta manera se fue gestando un modelo de país primordialmente urbano, aunque de base económica agropecuaria.

Este proceso global de despoblamiento rural en la Región Pampeana se produce simultáneamente con un fuerte crecimiento de la producción agrícola y con una reducción de la PEA (población económicamente activa) del sector. Durante el período 1960-1980 la PEA agropecuaria se redujo en aproximadamente 150.000 personas; mientras que la PEA total del país creció en casi un millón y medio de personas.

Observando los datos censales de 1960, se puede ver por un lado, la importancia que adquieren las ciudades capitales de provincias, como centros alternativos de recepción de inmigrantes rurales. Pero por otro, también la importancia de los centros urbanos intermedios y pequeños del interior provincial. Ambos procesos se ven acompañados por el creciente despoblamiento de aglomeraciones o pueblos inferiores de 2.000 habitantes y de la población rural dispersa en el campo. Este creciente despoblamiento rural y el incremento de centros urbanos provinciales, implicó presiones en el mercado de trabajo, requerimiento de nuevos empleos, déficit de servicios urbanos y en los equipamientos sociales. La ciudad de Buenos Aires, mantuvo su población en el período analizado. En tanto, el Gran Buenos Aires (cinturón poblacional que rodea a la ciudad de Buenos Aires) duplicó su población en 20 años. Y también es importante destacar el crecimiento de ciudades intermedias. Esto se explica, ya que son ciudades próximas a las comunidades rurales. En general estas ciudades se han nutrido de población llegada del entorno rural.
ETAPA DE ESPECIALIZACIÓN PRODUCTIVA Y AGRICULTURIZACIÓN: A PARTIR DE 1990

La crisis del modelo sustitutivo de importaciones, que se extendió desde mediados de 1970, culminó con la hiperinflación de 1989-90. Ello provocó, la aplicación del Plan de Convertibilidad, lo que implicó un punto de inflexión en la evolución de la estructura agraria de la región. A partir de aquí se produce un notable crecimiento de la producción, producto de la aplicación de tecnología y la intensificación agrícola. Las condiciones económicas propiciaron el desarrollo de empresas agropecuarias de mayor envergadura y a su vez se acentuó la reducción de explotaciones agropecuarias (EAPs) de pequeños y medianos productores, lo que configuró el retroceso de la agricultura familiar. A esta realidad, hay que sumarle el impacto causado por la privatización de empresas estatales, sobre todo las que afectaron las comunidades rurales de esta región, como fue el cierre de los ferrocarriles. Como principales hitos de esta etapa podemos mencionar: 1) la incorporación de la soja transgénica en la campaña 1996/1997; y 2) la difusión de la siembra directa.

El contexto económico externo

A partir del abrupto final hiperinflacionario de 1989/90, y en un contexto de cambios internacionales como la globalización, se pusieron en marcha un conjunto de reformas. Así en 1991, con la aplicación del Plan de Convertibilidad, se produjo un profundo cambio de la economía argentina. Estos cambios estaban en sintonía con las directrices del Consenso de Washington y articulados sobre la base del financiamiento internacional. La primera mitad de esa década fue de buen crecimiento del PIB (casi 7% anual entre 1990 y 1995), gracias al programa de estabilización de las políticas macroeconómicas, la apertura al exterior y las profundas reformas estructurales e institucionales internas, a lo cual se sumó la mejora de los términos del intercambio y la entrada de capitales del exterior. Sin embargo, el aumento del gasto público, la apreciación del peso y agotadas las posibilidades del endeudamiento externo para revertir la Balanza de Pagos, junto a factores externos, crearon las condiciones para la aguda crisis y la devaluación que le siguió en enero de 2002. A partir de esa fecha Argentina se declara en suspensión de pagos, devaluando nominalmente la moneda, derogando las leyes de la convertibilidad y estableciendo un nuevo tipo de cambio.

Los componentes económicos internos:

Argentina ingresó en la década de los noventa con un fuerte proceso hiperinflacionario, que se logró detener mediante la aplicación del Plan de Convertibilidad. Este plan estableció una política monetaria muy rígida, con un tipo de cambio fijo, instituyendo un programa de reformas estructurales que generaron profundas transformaciones económicas en el país. En este contexto, el sector agropecuario argentino mostró su capacidad de reconversión y potencialidad, sobre la base de un crecimiento significativo de la agricultura pampeana. La reconversión productiva estableció un punto de inflexión, tanto en la productividad agrícola, como en los efectos socio-territoriales de las comunidades rurales. Se produce un proceso de intensificación y expansión de la agricultura en Región Pampeana, por la incorporación masiva de nuevas tecnologías. El principal dinamismo, se centró en el cultivo de semillas transgénicas y la difusión de la siembra directa. A este proceso de intensificación del sistema agrícola, se lo ha denominado agriculturización, habiéndose transformado en otro factor de impacto económico y social en las comunidades rurales de la región, suscitando un aumento de la productividad agropecuaria, pero también una agricultura sin agricultores y pueblos rurales en riesgos de extinción. Podemos mencionar la evolución de la introducción y adopción de tecnología en la agricultura pampeana, en los últimos 20 años a partir de cuatro elementos que justifican el notable desempeño de la misma: a) la incorporación de especies transgénicas; b) el creciente uso de agroquímicos; c) la difusión de la Siembra directa; d) la agricultura de precisión.

El comportamiento de los factores de producción e innovación

Luego de un período de relativo estancamiento, en los años noventa se produjeron avances importantes en el sector agrícola pampeano, registrándose un aumento importante en la incorporación de tecnología e insumos agrícolas. De esta forma, se observaron incrementos significativos en la superficie sembrada, la producción y rendimientos por hectárea. Sobre la evolución de la productividad total de los factores desde 1970 a 1997, la agricultura habría mejorado su eficiencia durante los años noventa en la Región Pampeana. Esta mejora habría estado estimulada por la intensificación y el uso de tecnología. Aunque el uso del factor tierra a diferencia de los años 70, fue de zonas menos productivas, afectando la productividad total de los factores hacia la baja.

La variación demográfica urbano-rural

Estas transformaciones económicas, consolidaron cambios en el agro que tuvieron un impacto social y económico diferencial en la Región Pampeana. Por un lado, la incorporación de tecnología produjo incrementos significativos en la producción, pero por otro terminó por consolidar la urbanización de esta región. Podemos mencionar dos elementos que contribuyeron a la despoblación rural: a) el cierre de los Ferrocarriles y b) la reducción de las explotaciones familiares

El cierre de los Ferrocarriles

Esta reestructuración económica y social, tuvo como eje principal la política de privatización de empresas públicas. Se produjo un proceso de transición desde un modelo de desarrollo con fuerte participación estatal hacia un modelo estructurado alrededor de las privatizaciones, con apertura económica a los flujos internacionales de bienes y capitales. En relación a ello, uno de los impactos más importantes que afectó las comunidades rurales fue el cierre de los ferrocarriles. El ferrocarril, como se recordará, su historia está muy vinculada al desarrollo social y agropecuario de la Región Pampeana. Por esta razón, la decisión de clausurar miles de kilómetros de vías y la expulsión de miles de empleados dejó un hondo pesar en toda la sociedad en especial en la rural, donde el ferrocarril no era solo un medio de transporte, sino un medio de comunicación.

El impacto de esta situación en las poblaciones rurales, fue notable, ya que en casi todos los casos la dinámica económica dependía del ferrocarril. «La creencia está fuertemente arraigada en el imaginario popular, avalado incluso por especialistas. De acuerdo con ella, la fuerte reducción que padeció nuestra red ferroviaria en el período que va de 1960 a 1991 fue clave en el surgimiento de los llamados pueblos fantasmas».

La reducción de las explotaciones familiares

Al mismo tiempo que crece la intensificación agrícola, se asiste a un cambio del paisaje productivo: una importante reducción en el número de explotaciones pequeñas y medianas, por serias dificultades financieras. Estos cambios afectaron el medio rural en general, y en especial los pueblos de campaña que padecen la pérdida de población. En un informe de la CEPAL (nº 118: Análisis sistémico de la agriculturización en la pampa húmeda argentina y sus consecuencias en regiones extrapampeanas) se hace referencia a los cambios socio-poblacionales que podrían haberse causado o promovido por la intensificación agrícola o agriculturización. Señalando que la forma de incorporación de tecnologías, junto a las transformaciones en el proceso de trabajo, y el endeudamiento de las explotaciones familiares, han llevado al éxodo rural. A diferencia de los años 70, el acceso tecnológico fue determinante para subsistir en el medio rural, afectando principalmente a las explotaciones familiares. Los datos comparados de los censos agropecuarios de 1988 y 2002, revelan que el número de EAPs (establecimientos agropecuarios) de la Región Pampeana cayó un 29%.

Según el informe de la CEPAL, también existen poblaciones con fuerte vinculación a la agriculturización, por el comercio de bienes y servicios. En razón de ello, la agriculturización, tendría efectos diferenciados: por un lado, en algunas localidades o zonas podría generar procesos de crecimiento demográficos, mientras que en otras reforzaría el proceso de despoblamiento rural.

Por último señalan en el informe CEPAL mencionado que «el sistema social pampeano enfrenta amenazas relacionadas con los bajos índices sociales y problemas distributivos, vinculados a la concentración productiva y a la incorporación de nuevas tecnologías. Porque el aumento en los volúmenes de producción no se traducen en mejoras sociales. De hecho, el proceso de agriculturización se lo asocia al desplazamiento de pequeños productores hacia zonas urbanas». Existe un declive demográfico en los pueblos rurales de la Provincia de Buenos Aires. En esta provincia existen unos 500 pueblos rurales con más de doscientos mil habitantes, que forman una red de habitantes casi olvidados pero que se resisten a desaparecer.

VALOR DE LA MANO DE OBRA EN EL MERCADO

Después de haber hecho un recorrido histórico de la agricultura pampeana y el despoblamiento de las comunidades rurales continuaremos con un análisis de los salarios entre un trabajador agrario y un trabajador urbano.

Para indicar la diferencia entre el trabajador agrario y el trabajador urbano podemos remarcar que los primeros no se encuentran incluidos en la ley de contrato de trabajo ya que esta misma en su artículo 2 párrafo 4 citado a continuación los excluye tácitamente.

REGIMEN DE CONTRATO DE TRABAJO

LEY N° 20.744 - TEXTO ORDENADO POR DECRETO 390/1976

Art. 2° — Ámbito de aplicación.

La vigencia de esta ley quedará condicionada a que la aplicación de sus disposiciones resulte compatible con la naturaleza y modalidades de la actividad de que se trate y con el específico régimen jurídico a que se halle sujeta.

Las disposiciones de esta ley no serán aplicables:

a) A los dependientes de la Administración Pública Nacional, Provincial o Municipal, excepto que por acto expreso se los incluya en la misma o en el régimen de las convenciones colectivas de trabajo.

b) Al personal de casas particulares, sin perjuicio que las disposiciones de la presente ley serán de aplicación en todo lo que resulte compatible y no se oponga a la naturaleza y modalidades propias del régimen específico o cuando así se lo disponga expresamente. (Inciso sustituido por art. 72 inc. a) de la Ley N° 26.844. Vigencia: de aplicación a todas las relaciones laborales alcanzadas por este régimen al momento de su entrada en vigencia)

c) A los trabajadores agrarios, sin perjuicio que las disposiciones de la presente ley serán de aplicación supletoria en todo lo que resulte compatible y no se oponga a la naturaleza y modalidades propias del Régimen de Trabajo Agrario. (Inciso sustituido por art. 104 de la Ley N° 26.727 B.O. 28/12/2011)
(Artículo sustituido por art. 3° de la Ley N° 22.248 B.O. 18/7/1980)

Continuando con las diferenciaciones se puede marcar que cuando se da alta temprana en AFIP se tiene que declarar que es un trabajador agrario, debido a que el empleador contribuye al renatre “Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores” mientras los urbanos encuadrados en la ley 20.744 contribuyen al FNE “Fondo nacional de empleo”.

Adentrándonos en cuestiones salariales tomamos como referencia a los trabajadores encuadrados en el CCT de comercio 130/75 como referencia de trabajador urbano y podemos observar que el salario básico de la categoría más baja es de $12.905,50 frente al salario básico más bajo de los trabajadores agrario el de PEONES GENERALES establecido por la CNTA [1] es de $7680,00

Según la nota del diario la nación ubicada en el anexo n°4 se comenta que “Conducir una cosechadora de máxima tecnología; elegir la mejor semilla y el fertilizante más efectivo; aplicar con precisión la dosis de agroquímico; manejar eficientemente un rodeo y tener capacidad de mando de personal son todas tareas que no son aptas para improvisados. Por el contrario, el sector agropecuario demanda cada vez más mano de obra calificada." y tal como podemos observar en la categoría “Conductores Tractoristas, Maquinista de Máquinas Cosechadora y Agrícola” el básico es de $8019,76 una diferencia muy grande frente al personal de maestranza encuadrado en el CCT 130/75, asimismo podemos especular que un tractorista cubre varias hectáreas por lo que su labor influye de manera directa y tiene una remuneración muy inferior.

CONCLUSIÓN

Los sucesos históricos ocurridos en diferentes etapas, permiten apreciar por un lado la importancia de la agricultura pampeana para la economía de la República Argentina. Por otra parte, permiten dimensionar los efectos socioeconómicos a lo largo de las etapas históricas analizadas. Uno de estas transformaciones, ha sido sin lugar a dudas el despoblamiento de las comunidades rurales. Se han podido constatar determinados factores que han impactado, en diferentes etapas, en la distribución espacial de la población; tales como: el impulso de la actividad industrial (desde mediados de 1930), el estancamiento del sector agropecuario (desde 1930 a 1960), el proceso de mecanización-tecnificación (a partir de 1960) y la intensificación agrícola de los años recientes. Estos factores han alterado el esquema urbano-regional preexistente en la región pampeana y en la gestación de un país urbano, a pesar de seguir con una base económica agropecuaria. El fuerte desequilibrio demográfico registrado en Argentina, obedece a estos hechos.

La evolución de las explotaciones se justifica por la ausencia de políticas y estrategias de desarrollo rural. Las políticas agrícolas en Argentina, se han vinculado a acciones sectoriales, consolidando un modelo de organización y desarrollo orientado a la exportación de productos. Bajo este modelo agropecuario, socialmente insostenible, la producción agropecuaria ha crecido al ritmo de la tecnología y los campos han sido reorganizados en explotaciones mayores, buscando exclusivamente la mejora de la rentabilidad.

Desde nuestra perspectiva se advierte un cambio cultural importante, en donde el ámbito rural ha ido perdiendo valor desde lo social, solo valorizado por la producción agropecuaria; las áreas rurales han perdido interés frente a lo urbano. De este modo, se desvaloriza la mano de obra y ha perdido valor en el mercado frente a otras actividades urbanas. Este éxodo rural ha implicado, no solo la pérdida de recursos humanos sino de capital social y de identidad cultural. Los efectos del despoblamiento y de concentración urbana, se encargan todos los días de poner de manifiesto efectos no deseados: marginalidad, desempleo, subempleo, delincuencia, drogadicción, etc. Consideramos que el campo o el medio rural deben dejar de ser vistos como un espacio destinado exclusivamente a la producción; las consecuencias ecológicas negativas realzan la importancia de la conservación del medio ambiente rural. El despoblamiento plantea la pregunta de cómo hacer para retener población y que siga ocupando el territorio. El campo requiere incrementar su valor, con nuevos atractivos desde su diferencia frente a la ciudad.
BIBLIOGRAFÍA




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